Drácula, las chicas tienen hambre, es una parodia de gran presupuesto llena de la pasión y de la lujuria gótica incondicional habitual en las historias de vampiros. Falaciones, anales y corridas en un castillo europeo y en una verdadera mazmorra del siglo XV. Una saga de vampiros que se alza desde la mente sexualmente malévola de dos mujeres de los Cárpatos de 1880.