Tras divorciarse de su marido, Ling Xunxun decide celebrar su soltería. Sin embargo, de camino a una fiesta, su coche colisiona con otro lujoso en el arcén. El propietario del coche, Cheng Li, un joven que parece ser universitario, le pide una gran indemnización. Lo que empeora la situación es que resulta ser también el jefe de su nueva empresa.
Ahora endeudada, Xun Xun regresa a la fuerza laboral, sabiendo que la única manera de obtener la custodia de su hijo es pagando una ridícula suma de dinero y probando que tiene lo necesario para mantenerse a sí misma y a su hijo. Por lo que acepta trabajar como asistente para su nuevo jefe, que no le hará las cosas fáciles.